Estuvimos en Caleta Valdés al amanecer y disfrutamos de la salida del sol en la costa, en estos meses, territorio de elefantes marinos. Decenas de ejemplares se congregan en las playas de canto rodado.
Los elefantes marinos machos, imponen su presencia, marcando territorio, cuidando la mayor cantidad de hembras que pueda, arreandolas a su espacio en este universo que es Península Valdés. A medida que van llegando a la costa, , después de meses de vida acuática, sin tocar tierra, estos enormes mamíferos marinos, salen reptando a las playas, para cumplir con el ciclo vital de la reproducción y cría.
Se estima que hay 500 harenes de elefantes marinos en los 200 km del litoral marino de Península Valdés, las hembras por haren van de 2 a 130 ejemplares, dependiendo de la habilidad y del tamaño del macho que cuida con recelo de las hembras.
Se puede ver a las hembras con sus crias, amamantandolas y protegiendolas de la brutalidad masculina que presentan los machos sin escrúpulos.
Los elefantes marinos machos, imponen su presencia, marcando territorio, cuidando la mayor cantidad de hembras que pueda, arreandolas a su espacio en este universo que es Península Valdés. A medida que van llegando a la costa, , después de meses de vida acuática, sin tocar tierra, estos enormes mamíferos marinos, salen reptando a las playas, para cumplir con el ciclo vital de la reproducción y cría.
Se estima que hay 500 harenes de elefantes marinos en los 200 km del litoral marino de Península Valdés, las hembras por haren van de 2 a 130 ejemplares, dependiendo de la habilidad y del tamaño del macho que cuida con recelo de las hembras.
Se puede ver a las hembras con sus crias, amamantandolas y protegiendolas de la brutalidad masculina que presentan los machos sin escrúpulos.
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